Los pueblos mueren
El tiempo en el pueblo pasa demasiado lento y a la vez demasiado deprisa. Por una simple razón: cada día quedan menos habitantes por estas calles. El colegio hace tiempo que cerró. Y sin el griterío, sin las pequeñas travesuras de los niños, el pueblo muere lentamente. Cada vez que se acude a un funeral, es uno que restan al padrón. Ya ni siquiera se acuerdan cuando fue el último bautizo, donde el padrino tiró caramelos a los muchachos expectantes y gritando: “padrino roñoso”. Los habitantes que van quedando, son todos de edad avanzada y dicen que el tiempo vuela y si no hay un cambio pronto, muy pronto; el pueblo morirá. Los políticos solo saben que decir, pero no hacer nada, para remediar este mal pandémico que padece el mundo rural, de nuestras amadas comarcas. Lo malo de todo esto, según mi humilde opinión que, por desgracia, creo que ya no hay solución.
Autor: Jacinto Benito Martín.
Autor: Jacinto Benito Martín.
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Un saludo de vuestro cartero y escritor.