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Mostrando entradas de mayo, 2020

Mi Rosa

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¡Ay mi bella flor!, mi rosa. No hay otra más hermosa, porque eres la única de admirar, pues no hay otra igual en el lugar. Pues no solo eres una rosa, eres sin duda la más hermosa, que llenaste mi corazón de amor. Con el tiempo mi flor, podrá marchitar, pero a mi rosa, nunca la podré olvidar. Ya qué en mi corazón va a perdurar, todo su amor, y su aroma al respirar. Jacinto Benito Martín. ©©. obra_registrada <script data-ad-client="ca-pub-2687716789531082" async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script>

La Guerra deja Huella

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https://www.amazon.es/dp/1097624692/ref=cm_sw_r_cp_apa_fabc_CC6RFbQB7Q38F?_encoding=UTF8&psc=1 En una residencia de ancianos de un pueblo de Salamanca. Reside el señor Miguel, un hombre de cien años. Crea una amistad con el cartero rural, que cada día lleva la prensa y la correspondencia.Con él, tiene cada día una pequeña conversación de la actualidad política. El señor Miguel como ve interés en su nueva amistad por los acontecimientos históricos de su pasado. Se decide a contarle su historia, en el transcurso de 1936. Antes y durante la guerra civil Española, en la provincia de Salamanca.Historia que va enganchando a su nueva amistad. La historia del señor Miguel trascurre en varios sucesos que se desarrollaron en la ciudad, en un año tan convulso para la población. En todos los capítulos nos enseña hechos históricos, como el llamado «tiro en la Plaza».Estos hechos se mezclan con su propia historia personal, con amor, intrigas y situaciones que dejan huella para siempre en él y ...

El ciclo de la vida

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La vida es como un fruto joven de un árbol, que va madurando cada día con el sol, como si se tratase de la propia vida, el sol, vuelve de nuevo al fruto, a la misma situación. Los años como la propia vida, van pasando, igual que la misma naturaleza va avanzando. ¿Por qué la vida misma, corre tan deprisa? Si la propia vida, no da tiempo ni para vivirla. El ciclo de la vida se vuelve a repetir. Porque ni el sol, ni la tierra lo puede revertir. Inevitablemente la vida tiene: principio y fin. Jacinto Benito Martín. ©©_obra registrada. <script data-ad-client="ca-pub-2687716789531082" async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script>

Humor en el balcón

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En estos días a consecuencia del confinamiento, por causa del coronavirus, se dan anécdotas, que simplemente con narrarlas, te asombras al escucharlas. No lo digo por ti, ni por ella tampoco. Solo cuento lo que pasó, en aquel balcón. Doña Eulalia, mujer casi cincuentona, entabló una pequeña charla, con Pilar, la joven recién casada (muy guapa la muchacha), que poco tiempo llevaba en esa casa. Las dos asomadas al balcón, contemplando con todo detalle, lo que pasaba a su alrededor. _¡Buenos días Pilar!, cada día te veo más guapa. ¡¿Qué?!, observando a ver quién se salta la cuarentena y darle un toque de atención. _Ya ve doña Eulalia, analizando la situación. _¡Pues si yo te contara lo que pasa…! El otro día sin más, el tío ése, sí, sí, el del perrito saltarín. ¡Sabes!, cuatro veces salió con el chucho. Hasta el pobre animalito, si pudiera hablar; se iba a quejar del maltrato animal. _¡Ah…! _Y el melenas: el del portal número cuatro. No lo digas por ahí… Pero lo vi salir a dar u...

Unión de palabras

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Dicen que no hay palabras vacías, sino personas que no saben expresarlas. Porque una palabra por si sola, tiene mucho significado, solo con hablarla. Alguno sin conocimiento, dirá: “que no,  que una palabra, no sirve para nada”. Sin duda será un personaje tan analfabeto,  que no sabe lo que significa; unión de la palabra. Jacinto Benito Martín.©©_registrado. Visita mi blog y suscríbete: https://carteroescritor.blogspot.com/?m=1 Mis novelas cortas en Amazon: "El Reloj del Bisabuelo" "La Guerra deja Huella" <script data-ad-client="ca-pub-2687716789531082" async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js"></script>

Zalamera (parte II)

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Jacinta pensó que después de hacer aquella venta tan oportuna al señorito,  el resto del día iría sobre ruedas. Nada más lejos de la realidad. Aquel día fue verdaderamente malo, calamitoso, más ya no podía ser. Al final de una jornada durísima de trabajo, regresó cabizbaja al corralón. Allí apoyada en la barandilla del patio, estaba su comadre doña Encarna, respirando un poquito de aire fresco y contemplando a los que regresaban del currele. Enseguida vio a Jacinta, su vecina cariñosa, que regresaba de la calle, con su cesta de mimbre llena de novelas, sin haberles dado aire. _¡Ay mi Jacinta!, cara cansa trae mi niña y no me digas na, porque carga de novelas vienes, buen día no has tenido. _No lo sabe usted bien, doña Encarna. No solo me duelen los pies, hasta la lengua doler, de intentar vender. _¡Venga, venga Jacinta! Con ese piquito de oro que mi niña se gasta, seguro que más de un pardillo, ha caído como mínimo una sola vez. _Solo vendí una novelita, a un señorito de ...

Zalamera

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N o tenía más remedio que ganarse la vida para comer, aun cuando solo fuera por un trozo de pan. No obstante no le quedaba otra alternativa, si quería conseguir unas cuantas moneditas. Al final tenía que ser así y, debía de ponerse su pañuelo a la cabeza, cesta en mano y salir a patear las calles de su preciosa ciudad. Porque ella lo tenía muy claro, que el jornal nadie se lo iba a regalar. Esta hermosa muchacha, de nombre Jacinta, estaba dispuesta a ponerse el mundo por montera y ganarse la confianza de cualquier lector que pasase junto a ella. Por ganas no iba ser, guapura a raudales no iba a faltar. Solo le quedaba que la suerte le acompañara, y las ventas aumentaran. Aunque el día parecía amanecer triste y melancólico, ella no estaba dispuesta a desfallecer, y con esa altanería de ser la mejor en despachar, cogió su cestita de mimbre y a la calle se echó a vender. Calle arriba, calle abajo, a lo lejos un gran señor, elegante y con posibles diría yo. Jacinta pensó: «¡ Adelante...

J. D. Salinger (mí opinión)

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Voy a ser franco: hasta hace más o menos unos meses, para mí J.D. Salinger era un total desconocido. Supongo que entra dentro de una aparente normalidad, por un simple hecho. Que yo no tenía mucho conocimiento de escritores internacionales (¿cómo se diría?; escritor norteamericano o estadounidense. Bueno que más da, es un simple detalle). Si realmente lo llegué a conocer, fue gracias a mi hija que me facilitó su libro: « El guardián entre el centeno » . Claro está que no hace falta decir que estaba traducido al español (en su idioma original, imposible lectura para mí). Sin embargo cuando comencé a leer este libro observé varias cuestiones que me gustaron. La primera era que estaba escrito en primera persona (detalle que me gustó muchísimo), y eso que dicen, o por lo menos yo lo he leído que, escribir en primera persona es una actitud (no sé si es correcto decir actitud a una manera de escribir) poco recomendable y que suele ser muy practicada en los escritores noveles (en eso, si...