¡Por favor, un café...!
Caliente, frío o templado. Sabor amargo, no obstante su gusto es original. Sin embargo lo importante se desarrolla ante su aroma. En ocasiones en soledad, pensativo, observando a su alrededor. En otros casos, acompañado degustando su sabor y, en una agradable conversación. Cada cual tiene su preferencia. Solo, Irlandés, cortado o con hielo. Pero no hay dudas, siempre, siempre con él, encontrarás y pasarás un rato muy agradable, que te aportará bienestar y felicidad. Jacinto Benito Martín.