La flor del amor
En cuanto lo vi pasar junto a mí, los pelos de mi cuerpo se pusieron tiesos como escarpias. El corazón me empezó a latir aceleradamente, y casi me quedo sin respiración. Cuando giró su mirada hacia mí, el color rojo invadió mi rostro. Ya no sabía que hacer, que decir. Aunque nunca me he atrevido hablar con él, porque tengo miedo a su rechazo, a su desprecio, a su incomprensión, oh… ¡Simplemente necesito un poco de valentía por mi parte! Sin embargo solo podía averiguarlo de una manera… Allí entre varias amapolas, se encontraba la diosa del amor, la que todo lo sabe. La agarré con delicadeza, la arranqué con extremo cuidado para no dañar esos pétalos blancos de pureza que, representa el amor eterno. Poco a poco, le solicité su sabio consejo, para que ese último pétalo me ofreciera su respuesta… ¡Me quiere, no me quiere, me quiere…!
Jacinto Benito Martín.©©.
Jacinto Benito Martín.©©.
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Un saludo de vuestro cartero y escritor.